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viernes, 31 de diciembre de 2010

...última entrada del año...

Antes de comenzar debo admitir que la Navidad no me apasiona. Será el cansancio tras un año frenético, la afluencia de las masas en Madrid, la carga emocional que esta época conlleva, o tal vez, las tres cosas a la vez. Aquellos que me conocen -en cierta manera, pues ni yo misma sé quién soy- me dicen que esto me pasa porque en el fondo soy muy sentimental. Bueno, digamos que tienen razón: en lo que se refiere a cuestiones emocionales me gustaría poder comportarme de cierta manera ”borreguil”. Dentro de unas horas diremos adiós a un 2010 cargado de vivencias. Creo que este es el cuarto o el quinto borrador. La inspiración que tantas veces ha sido mi cómplice me ha abandonado, me ha dejado sola entre nubes cargadas de dudas. Quizá sea porque escribir sobre otros parece una tarea más fácil que hacerlo sobre uno mismo. Mi cabeza es un hervidero. Los recuerdos fluyen por entre mis circuitos neuronales a la velocidad de la luz. Frío. Frío. Frío. Finalmente acabo por romper a llorar. “Nunca se me han dado bien las despedidas” diría, llegado a este punto, el protagonista de una de tantas obras. Con el maquillaje cuarteado y el rostro lavado en lágrimas caigo en la cuenta de todo aquello que he vivido a lo largo de estos 365 días. Una sonrisa ilumina lai habitación: las discursiones sobre un tema tan importante como es la trama de Bob Esponja; la fiesta sorpresa que mis amigos organizaron por mi 18 cumpleaños -¡gracias Ikram!; mi primer discurso en público; mi graduación; el viaje a la Toscana; los Mukkis de la Coop; las noches a orillas del Arno con un Mojito en cada mano y las consecuentes resacas; Nico, el Chulo y el playboy -casado- que espero siga esperándome en Florencia; esas clases a las nueve de la mañana después de haber dormido dos horas apenas; mi experiencia en el control policial suizo; el sol de Tenerife -y los tinerfeños-; mi primer día en la universidad -y el segundo, y el tercero...- mi primera lección de serbio; el concierto en primera fila del mejor grupo -del mundo mundial-; el reencuentro con personas que pensabas haber perdido para siempre...

31 de diciembre. Último día del año, noche de cenas, de uvas, de cava, de langostinos, de bingo, de chocolate con churros. Noche de sonrisas, de lágrimas, de silencio por todos aquellos que nos dejaron, de brindis por los que están por venir. Noche de noches. Hacemos repaso de todo cuanto hemos vivido en este último año, año que, al igual que el moribundo, se aferra a las pocas horas que le quedan de vida. Recordamos los buenos momentos, los malos, las veces que hemos dado gracias a la vida... pero también aquellas en las cuales, lo único que queríamos era desaparecer sin dejar rastro... y poco a poco nos vamos adentrando en una maraña de pensamientos, pensamientos que en algunas ocasiones llegan a romperte en mil pedazos el alma.


En este 2010 he aprendido muchas cosas...


...que nada es capaz de proporcionar el bienestar que consigue la auténtica amistad...


...que el Yo, en ocasiones, también es plural...


...que por mucho que la vida te tire al suelo y te pisoteé, has de levantarte mil y una vez...


...que un abrazo apacigua el dolor...

...que un beso, de cualquier tipo, te hace olvidarlo...

...que una lágrima tiene voz propia...

...que sonreír es el arte de la vida..
.


Sin embargo, de todo lo aprendido, me quedo con una única cosa... Los buenos momentos que he pasado con algunos de vosotros.

¡Feliz 2011! =)